viernes, diciembre 29, 2006

En estos días muertos




Para estos días muertos, he encontrado un poco de tiempo e inspiración para escribir unas cuantas líneas, que en realidad sólo pretenden ser publicadas, pues el descuido que en que he sumido mis colaboración con "La Sombra..." es inaceptable; sin embargo, he de decir que en realidad no tenía mucho por, y talvez siga teniendo menos aún... Pero esto es, de mínimo, un intento...
Haciendo memoria, y abusando del título de una novela choteada hasta el carajo -situación que aumenta más el desprecio que le profiero, pero que al mismo tiempo muestra mi desprecio por la situación actual-, "La Crónica de una Desilusión Anunciada" ha puesto de manifiesto el poder que sobre nosotros se ejerce y, sobre todo, la imposibilidad que nos gobierna y que nos ha de impedir cualquier tipo de disidencia... Creo que no hace falta decir más... En "La Sombra..", como en muchos otros sitios, se ha tratado de contrarrestar esta influencia hipnótica que cada vez se asienta más sobre la conciencia de todos los que nos rodean, o de menos, de los que me rodean. Me resulta imposible y extraordinario, me deja estupefacto todo lo que a mi alrededor se crea a partir de situaciones como esta... trataré de no dar ejemplos, pues han de abundar y sobrar y hasta aburrir a todos, pues su enunciación podría ser comparada tanto con el "¡Aaaaaay mis hijos...!" como con el "Por un México mejor...". Simplemente todo intento de rememorar, así nada más, ha de caer en una especie de invocación por un pasado perdido y por un futuro que no llegó... ¿En dónde nos encontramos entonces?
Retomando algo mencionado arriba, he de comentar al lector que los colaboradores de "La Sombra..." se frecuentan con el pretexto de tener una "tertulia": cerveza, cigarrillos y discusión acerca de los temas actuales en política, recomendaciones de libros y opiniones acerca de estos, con el fin de no dejar, de no abandonar, un discurso que nos parece vital, y que viene a ser el discurso crítico, mantener una resistencia, por mínima que sea, contra los embates de la ya conocida "Caja de la Muerte" (v.d. Kronos, Presidential Wars), así como de las grandes tentativas para fomentar el olvido, el conformismo y, sobre todo y todavía más peligroso, el de monopolizar la información, la crítica y por lo tanto los puntos de vista, apropiarse de los mentados "líderes de opinión": un ejemplo es lo que sucedió con Ciro "Come Verga", además de la constante adulación para con sus esclavos. Bajo estas ideas directrices, decía, nos reunimos periódicamente. Y resultó que en una de las tertulias, indignados por los recientes aconteceres -no tendrá más de un mes- se trató el tema de las acciones por tomar en el futuro así como de la posición en que estas nos colocarían. Para evitar rodeos y demás explicaciones, se llegó a la conclusión, sobre todo por parte del que esto escribe, que a los que no estamos deacuerdo, que a los que mostramos indignación e inconformidad, nos espera un lugar que, a pesar de ostentar el epíteto de "histórico", no es muy alagador, que digamos: esto es, el lugar de los "apestados".
Me permitiré dar algunos de los ejemplos de los que se obtuvo esta noción, provenientes todos del ámbito familiar y fraternal, situación que preocupa más a los colaboradores.
Algún día, mientras comía en casa de mi abuela, vi por primera vez alguno de los spots del "peligro para México", y mostré mi incoformidad con ese tipo de manifestaciones. Repito, con ese tipo de manifestaciones. No bien terminé mi humilde pero efusiva crítica acerca de tal spot, varias voces se alzaron para reclamar una explicación acerca de mi comportamiento, entre las que destacaron la de uno de mis tíos y la de mi abuela, mientras que otras tías no hacían más que mostrar su estupefacta mueca de estupefacción. Entonces comenzaron los reclamos y el exigir explicaciones, sustentar en cada comida familiar mi posición política con el daño colateral de que mi comida se enfriaba y su sabor se estropeaba. Desde esa vez, nadie perdía oportunidad para tratar de convencerme de mi "error", de querer hacerme ver que "estaba mal" y sobre todo, y lo que más coraje me provocaba así como risa, situación paradójica, decía, que "es un naco y que sólo los nacos lo siguen".
Con los amigos no tardó en pasar lo mismo: durante alguna reunión o fiesta, el tema era introducido como quien repite información que se sustenta a ella misma como la confiable, la cabalmente analizada y sobre todo, la única. El tipo de comentarios no ha de ser transcrito aquí, pero la imaginación tampoco ha de errar mucho para dar cuenta de lo que se decía.
Fue así, tras comentar todas estas situaciones con los círculos que uno siente más cercanos, sino es que los únicos que existen para cualquier ser humano, como se llegó a la terrible conclusión de que el mero hecho de disentir, nos hacía acreedores a recibir el mal de la peste, a ser los apestados.
Y después de tan horripilante conclusión, por lo menos a mí, no me queda otra certeza que la que en un poema he encontrado, misma que también he reiterado en otros textos, pero argumentada de otras formas, no poéticas:

Perfecto es no romper
La línea imaginaria
Exacto es el rechazo
Y puro es el asco.
-Sophía De Mello Breyner Andresen-


Y si algo me ha quedado claro es que el hecho de no poder imaginarse otro mundo, un mundo diferente, viene a ser un obstáculo para cualquier tipo de desarrollo: social, económico, artístico, social... Al romper algunos lazos con lo establecido es como se puede dar un entendimiento diferente, una concepción diferente y por lo tanto nuevas opciones para el desarrollo del ser humano en general. Sin embargo, esto no sucede, pues hay quienes se aferran con fuerza a lo establecido, esperando el momento en que una fuente confiable le proporcione algo diferente, pero no tanto, qué probar, con qué entretenerse. La función de todo tipo de instituciones será la de englobar la existencia del ser humano, abarcarla por completo, pero dejando un margen establecido de posibilidades para crear un sentimiento de libertad, y por el contrario eliminar cualquier fuente de libertad que atenté contra ella misma. A manera de ejemplo, proporciono esta cita de Roger Callois a propósito de la relación del hombre con lo sagrado y de forma más específica, los medios por los que esto se mantiene: "Así se explica que las únicas manifestaciones de lo sagrado sean prohibiciones, protecciones contra todo lo que podría amenazar la regularidad cósmicam o expiacionesm reparaciones de todo lo que ha podido turbarla"... "Los ritos -dice el Li-Ki- evitan el desorden como los diques la inundación."
Ya para terminar, dejo la pregunta: ¿Qué clase de ritos contemporáneos nos mantienen y diferencian como sociedad, como individuos, y sobre todo, cual sería el costo de, sino romper, sí desligarse o simplemente de denunciarlos como lo que son: parte del orden que se pretende romper?
"No era ni siquiera un problema, sino haberse negado desde temprano a las mentiras colectivas o a la soledad rencorosa del que se pone a estudiar los isótopos radiactivos..." (Cortázar, Rayuela).
En fin, en estos días muertos, el rito nos proporciona la seguridad de la llegada del siguiente año, y con él la oportunidad de hacer, o volver a hacer, o hacer pis, hacer algo...