martes, noviembre 14, 2006

LA HORA DEL RECUERDO


A falta de tiempo para seguir posteando dejo Ensayo 14 (aunque en realidad es como una carta) del 29 de marzo de 2006, es un poco... innovador.

Todo lo que una persona puede imaginar, otros pueden hacerlo
realidad.
----Julio Verne


La tecnología y sus riesgos a futuro.

Pienso, cavilo, busco. El tema del nuevo ensayo lo tengo decidido, pero no encontraba mi máquina de escribir. La tecnología nos invade, modifica nuestro pensamiento, acaba con las fronteras y reduce distancias y también por desgracia nos esclaviza.
¿Cómo habría podido hacer este ensayo sin mi máquina de escribir?, pues muy fácilmente: a mano… pero la tecnología me esclavizó y a su vez, como si de un embrujo se tratase, me paralizó; no podía iniciar mi ensayo sin mi máquina de escribir. Afortunada o desgraciadamente la encontré.

Pues ese será el tema de mi ensayo, la tecnología y sus consecuencias (las malas sobretodo, claro, para que tenga un toque personal). Me enfocare un poco más a la televisión, aunque muy pocos tengamos una, debido al potencial que le veo.

Parece que el mundo actual es producto de la imaginación de Julio Verne, con máquinas que hace más de medio siglo eran producto de la novela fantástica, de la ciencia ficción, producto de la mente de soñadores, soñadores que la distancia irónicamente ha convertido en profetas de lo presente. La tecnología supera a la imaginación. Al ver la carrera espacial entre la Unión Soviética y Estados Unidos, las personas que se burlaban de Verne deben estar revolcándose en sus tumbas.
Ejemplos varios como la maravilla del teléfono: puedo hablar con personas que viven a kilómetros de distancia; puedo hablar al centro, o a Coyoacán, o a Tlalpan y hasta a otros estados del país; el automóvil, que con un motor de combustión interna lleva a toda la familia por toda la ciudad con todo lo que necesiten llevar; el radio que nos permite escuchar comentaristas y música a distancia (no me explico como pueden traducir los radios las señales en sonidos); la televisión, cómo olvidarla, hace pocos años inició transmisiones en el país y nos permite ver a distancia imágenes y sonidos, personas y concursos y anuncios y noticias, como un cine en la sala de la casa.
Vivimos en una época donde la tecnología nos rodea. Desde la revolución industrial las máquinas nos tienen sitiados estratégicamente y para llevar a cabo cualquier actividad nos vemos emboscados por ellas, obligados a utilizarlas o quizás ellas nos utilizan, siendo nosotros su instrumento para que ellas cumplan su finalidad, cumplan su propósito. Nosotros siempre estamos dispuestos a ayudarlas. Y reflexiono acerca de los beneficios y perjuicios que ellas nos traen pues a la vez que nos facilitan la vida nos exigen veneración y obediencia.

¿El pensamiento puede ser superado por la tecnología?

La tecnología crece a pasos agigantados en este siglo y a su vez la difusión de las ideas, producto de los avances en telecomunicaciones, se incrementa, lo cual a secas es bueno pero puedo prever que va a acabar con las generaciones de pensadores y artistas que surgían con cada corriente. Quizás no me de a explicar muy bien, entonces me explico:
Los representantes del pensamiento de cada época tenían como único medio de difusión la publicación de libros, lo que hacía hasta antes de la imprenta muy difícil que las personas conocieran la obra. Después de la imprenta de Gutenberg la difusión de las ideas se volvió mucho más fácil, lo cual logró un auge en el pensamiento: tecnología precursora del renacimiento. Es aquí donde se observa el gran beneficio de la tecnología que sirvió para que los renacentistas pudieran publicar su obra y difundirla.
Actualmente con el radio y la televisión, tenemos medios masivos de comunicación que son utilizados para el entretenimiento y la educación, sobretodo para el entretenimiento. Gracias a ellos llega a nosotros la música de Agustín Lara, podemos escuchar y ver además de solo leer a Octavio Paz, escuchar poemas de Manuel Acuña, observar en vivo el informe de gobierno del presidente Alemán, escuchar algunas noticias (que por cierto, recién me entero por radio que acaba de morir el ex presidente Manuel Ávila Camacho) e ir al teatro sin salir de casa. Pero toda tecnología conlleva un riesgo, es decir, es un arma de doble filo, y lo podemos ver con el radio y la televisión; así como pueden difundir programas musicales y semiculturales, puede llegarse a utilizar como medios “circenses”, para estupidizar y distraer a la gente, como el circo romano. Puedo prever que a futuro se volverán más rentables los programas de entretenimiento vacío, pero como Julio Verne, me aventuraré a ser un demente o un profeta post mortem.
La tecnología puede difundir el pensamiento o la estupidez.

Aventurándome al futuro

Imagínome un futuro apocalíptico donde las personas observen enajenadas programas de televisión en vivo, de un grupo de personas encerrados en una casa haciendo lo que haría un grupo de personas encerrados en una casa, sólo que con niveles culturales y educativos similares a los de un pachuco retrasado mental. Verlos día y noche hablando tonterías, verlos cagar, verlos comer, verlos hablar más tonterías; los ponen a bailar para el televidente, los ponen a correr para el televidente, a ensuciarse, a mojarse, a brincar y a pelearse. Prostitutos de la dignidad (o simplemente pondrán en evidencia su falta de dignidad). Y el televidente sufre si ellos sufren, ríe si ellos ríen y discute con sus amigos televidentes lo televisado y pagarán por verlo porque la televisión pública ya no existirá.
Cantan y bailan por sobrevivir, por un sueño, como si de un premio se tratase el vivir saludablemente. “A mi hermano le falta una pierna y sólo si gano este concurso de canto le pondrán otra pierna” (en el futuro se van a poder reimplantar miembros perdidos). Y la superación de la tragedia se volverá un espectáculo, en el cual sólo aquel que logre entretener al enajenado televidente será digno de merecer salud o bienestar: dignidad a cambio de sacrificarla. Quien no logre entretener… pues sufrirá la humillación y no será digno de la dignidad.
Casi nadie escuchará el radio, pues por más grotesco e inútil que suene, las casas tendrán un televisor en cada habitación. Ya todas serán a color. Y habrá hasta 20 canales. Los automóviles contaran con televisión.
Y Guillermo González Camarena será el hombre más rico de México, aunque ya viejo.
¿Programas educativos?, para qué. No serán rentables, a los patrocinadores no les interesará lo que no vende.
El pensamiento será suprimido, pues los medios nos dirán que pensar; las ideas serán homogéneas e institucionalizadas socialmente, los verdaderos artistas serán pervertidos y solo unos pocos darán resistencia… o eso es lo que ellos creerán. Los escritores y artistas sobresalientes desaparecerán. Todo será homogéneo. Quienes sobresalgan serán paradójicamente clandestinos y desconocidos.

En política, el gobierno se hará promoción día y noche, mintiendo, pero difundiendo constantemente con la esperanza que la repetición masiva de una mentira la convierta en verdad.
Hasta habrá transmisiones desde la luna, que será territorio dominado en partes iguales por Estados Unidos y por la Unión Soviética.

Habrán muchísimos más automóviles, ya no solo uno por familia sino uno por cada miembro de la familia (claro solo para quienes puedan costearlo). Y el automóvil perderá totalmente su funcionalidad, es decir, ya no se utilizará para el transporte, sino para estacionarse en las calles repletas de ellos impidiéndose el uno al otro avanzar. Pero no solo por eso perderá funcionalidad sino que habrá tanta variedad que dependiendo del automóvil que se tenga, se logrará la posición en la pirámide social; para micro distinguir con claridad a unos de otros, como judíos con su amarilla estrella de David pero con subclasificaciones. Y todo esto a petición de las personas.
Las guerras serán por agua y por petróleo, y los países que sean ricos en estos recursos deberán preocuparse, pues serán los blancos de invasión de las potencias Soviéticas y Estadounidenses.

Quizás esté imaginando de más o exagerando, ojalá ese futuro tan grotesco no llegue y ojalá este ensayo no se convierta en una obra profética:

La imaginación consuela a los hombres de lo que no pueden ser. El humor los
consuela de lo que son.
------ Winston Churchill


Espero quede en imaginación y no haya necesidad del humor si llega ese futuro.

Lo dejo aquí porque se le está acabando la tinta a mi máquina de escribir, otro ejemplo de la tecnología arrebatándome la libertad, es ella quien quiere que deje de escribir.

Mañana pasa el cartero espero ya hayas mandado tu ensayo para revisar mi buzón.