Acerca de la Posición de la Oposición
Lejos de representar una profunda crisis del sistema anunciando a más o menos largo plazo su fracaso, la deserción social no es más que su realización extrema, su lógica fundamental, como si el capitalismo hubiera de hacer indiferentes a los hombres como lo hizo con las cosas.
-Gilles Lipovetzky-
Una tarea, que ya se lleva a cabo en la forma del programa de televisión que AMLO pretende instalar para así poder dar cuenta de sus acciones y de ese modo, paradójicamente, no dejar de existir por sólo pasar desapercibido, es la misma que se cumple en muchos espacios como éste, desde lo casi individual, para dejar en claro el penetrante desacuerdo en que se está respecto de la llegada del PAN al poder; de la profunda, sino convicción -aunque el escenario podría solventar todas las dudas-, sí del sentimiento de que algo fraudulento se llevó acabo. Y es esta tarea la de sostener una posición frente a los presentes acontecimientos, y no permitir que el olvido merme un sentimiento genuino.
Para comenzar me gustaría dejar algo claro respecto de mi posición frente a los sucesos políticos en México.
En primer lugar, mi posición es justamente la de ser un opositor a la instauración de políticas e ideologías que, según mi opinión, no hacen sino embotar, distorsionar y sobre todo mecanizar la libertad de poder, en cierto momento, romper con la realidad hasta ese momento construida, sin ser catalogado como un agresor, un apestado, un loco que sólo sueña con ideales... La incapacidad para imaginar una nueva situación que podría ser, es un signo adverso, pues las amarras han sido echadas y tanto la posibilidad como la imaginación han quedado al servicio de no se sabe qué monstruos, de no se sabe qué bestias. Y basta de ejemplos, pues quien no los vea, habrá quedado conforme, incapaz de imaginar.
En segundo lugar: AMLO no es mi paladín, ni será como tantos lo critican y como muchos otros que lo creen, un mesías ni un salvador. A lo sumo, es la cara en la que recae todo un ideal heterogéneo, y es también la persona que se ha atrevido a tratar de sustentar esa posición. Así, el aceptar una responsabilidad y trabajar para sostenerla, es lo que más parece llamar la atención acerca de este personaje, características que podrían desviarse en críticas y nombramientos mesiánicos, infundados desde el momento en que se pone de forma clara que este señor y ser humano, como lo mencioné arriba, es la cara de un ideal que le preexistía y por lo tanto del que él también formaba y forma parte; y que, al decidir tratar de dar uniformidad a esa idea, de concretizarla, de hacerla palpable al generar un movimiento, no parece sino sustentar, de la forma más coherente posible –recordar que es un ser humano y que son seres humanos con los que trata-, un ideal masificado, una necesidad general, un llamado que deberá de ser escuchado.
Por otra parte, situar en él todas las esperanzas, vendría a ser el punto débil del mismo movimiento. Desgraciadamente no existen hoy otras caras capaces de generar un movimiento tan cohesivo. Sin embargo, están todas estas voces sin cara –como los colaboradores de este blog-, que han de proponer el fin del silencio. Y no es un gesto heroico, sino más bien un acto de conciencia, o de mínimo un intento por tratar de delimitar lo que sucede y sobre todo lo que no se dice, la sombra de todos los discursos posibles y el fin al que apuntan.
La toma de posición frente a cualquier hecho hace responsable a quién la toma, por el solo hecho de haberse atrevido a decidir, aunque sea con un estrecho margen de libertad o campo de acción. Por ende, un movimiento que ha de triunfar ha de ser el que se encuentra sustentado por personas responsables y conscientes de sus acciones acerca del mismo, de cómo han de repercutir, de hacia dónde se han de dirigir. Y ese camino es justamente la organización y movilización de acciones destinadas a sustentar esa posición.
Compartiendo un poco de vivencias personales, pondré esta frase que acabo de escribir y que hace referencia a mi situación actual, pero que sin embargo, creo, bien podría aplicar para cualquier otra en la que uno se pueda sentir tentado a estancarse, conformarse, cuando en realidad los objetivos se encuentran todavía lejos.
“¡No dejarse engañar, no dejarse engañar: esto no es lo que quiero! ¡Sólo es la trampa de lo que me da!” (ACPA)
Ahora, una pregunta que me parece necesaria y sin embargo imposible de responder satisfactoriamente: ¿Qué posición se tomará frente a la situación actual del país? Creo ya haber y haberme hecho esta pregunta en otras publicaciones. Aun así, sigo sin encontrar una respuesta convincente... y es por eso que la sigo haciendo al aire, como parte de la posición que hasta ahora ocupo desde la oposición, desde mi oposición y la de muchos otros...
No dejarse engañar: el hecho de que todo siga y tenga que seguir igual: ¡ESA ES LA TRAMPA!
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