Algo acerca de la violencia
Resulta entonces que los que se atreven a tratar de entender, comprender la situación, son los que -patidifusos- son tomados como contestatarios, izquierdistas radicales, violentos... los pobres patidifusos.
En todo caso, si uno se encuentra patidifuso -tal es mi situación-, resulta que, como todo, existe una causa. La causa bien podría ser tomada como paranoia, locura de las buenas, una capacidad para extraer de la realidad política del país razones de peso para considerarse patidifuso. Es decir, que a pesar de uno estar seguro de ver lo que está viendo, sucede por el contrario que muchas otras personas simplemente no lo ven. Y entonces viene la patidifusa pregunta: ¿es que acaso no estoy en donde estoy?
Es entonces cuando uno -patidifuso- comienza a poner a prueba a la realidad... de menos la que uno ve. Y es entonces cuando uno se atreve a preguntar: ¿oye, qué no te das cuenta de lo que pasa?, para, instantes después, y más que patidifuso, recibir una respuesta de este tipo: "claro, pero no es así, es como lo dicen ellos", viendo, patidifuso, cómo ven con los ojos perdidos.
Es entonces cuando uno se recobra de su patidifusés y se percata del hecho que tanto temía: ven lo mismo que yo, pero son incapaces de comprenderlo. Y uno, cada vez dejando de estar más patidifuso, se percata que no son sus palabras las que hablan, sino que más bien parecen ecos de un ser superior; algo físico que sin embargo no podemos ver pero que, teniendo su avatares, reina sobre las mentes de algunos -desgraciadamente la mayoría.
Y lo patidifuso se va extinguiendo. Sólo quedan de eso rastros, unos cuantos nubarrones.
Y de pronto, voces poderosas invaden tu mente todavía patidifusa: son los medios y los empresarios que te dicen "no veas, no debes ver más de lo que nosotros te permitamos".
Pero la patidifusés de algo sirve y te ayuda a recordar algunos hechos, mismos que han quedado sepultados, no por la historia, sino por la insensatez. Hechos que uno puede escuchar que se hablan de forma corriente, como por ejemplo las críticas a la sociedad y sistema gringos, "pinches gringos, son unos incultos, se encuentran idiotizados por los medios". Y uno se pregunta, ¿es que acaso no son esas las mismas voces que me hablan, que me dicen que no vea?
Y la patidifusés se queda atrás y deja paso a la desesperación: tanta evidencia y nada de comprensión... lo que más temía.
Pero las voces están en todas partes y ya no solo por medio de sus avatares, sino que ahora han introducido su semilla, esa que cimienta la ignorancia y fundamenta la mediocridad, en las mentes de los ahora merolicos.
Y uno se empeña por no ceder, y en su desesperación es tratado como lo que ya se dijo, despreciado, sólo por haber sido lo que te ha salvado de las voces: un patidifuso, es decir, un inconforme.
Y desde esa inconformidad uno pasa a la rabia pues, desprestigiado, calumniado, eliminado, uno se percata del quehacer de las voces.
Y uno se pregunta cómo sería posible llamar la atención, desviar los ojos perdidos de los ciegos tan siquiera para tratar de arrancarlos de su estupor... Y es entonces cuando llega la respuesta, lamentable, pero única solución: violencia.
“¡Ay del pueblo que no sabe odiar, porque caerá en manos de la intolerancia, de la hipocresía, de la superstición y de la esclavitud!”
Y ahora henos aquí, esclavos de aquellos que nos pretenden dar, menos que atole, más dedo.