martes, octubre 31, 2006

V de... ¿Víctima o Vociferar?

La renuncia a hablar, el silencio como único pronunciamiento, son formas de resistencia que limitan peligrosamente con la abstención, la indiferencia, la desaparición, un dejar de decir que puede entenderse como un dejar (de) hacer. Sólo es posible suponer o presumir, sin verificar, un gesto heroico pero que, por no verbalizado, pasa ignorado o más bien no pasa. Es cierto que la palabra no alcanza, pero el silencio menos.

-Lisa Block de Behar, Una Retórica del Silencio-
Gracias a un amigo -¡Salve, oh Pedia!- cayó en mis manos una película que, como buen antagonista que soy del cine, o más bien de casi todo tipo de cine, recibí, se podría decir, de mala gana. Pero ahora -heme aquí-, algo importante, un mensaje esencial, me ha brindado material para este espacio.

He de advertir que mis conocimientos acerca de este comic son nulos, pues toda la información de la que dispongo al respecto y desde la que pretendo entablar un diálogo se basa exclusivamente en la película.

La historia bien podría resumirse de ésta forma: en un sociedad totalmente amaestrada –no creo poder encontrar una palabra más certera- por el gobierno -que no se limita a la actividad política y uso de la fuerza, si no que se extiende a todos los ámbitos plausibles de influir sobre la opinión pública-, surge un hombre víctima que se auto proclama “libertador” y que induce a toda una población a romper el silencio impuesto desde las esferas del poder.

En mi opinión, V, que parece ser un personaje extremadamente frío y calculador, loco en busca de su propio beneficio, ajeno a todo sentir, resulta ser –y en esto la máscara es un símbolo exacto- la expresión viva del ciudadano común, más que del ciudadano del ser humano, con su inexplicable tendencia hacia la libertad; no una libertad dada u ofrecida, si no una libertad escogida: es esa parte que dejando a un lado las diferencias particulares, exalta los derechos universales para alcanzar el deseo personal, una especie de anonimia que sin embargo viene a representar a todos en su esencia. El final muestra esto de forma soberbia.

Como parte del análisis de la película, es claro que el personaje de Evey viene a representar al ciudadano amaestrado, que ha de mostrarse, si no conforme, sí sometido. Y aun más, también representa, junto con otros personajes, la importancia del desarrollo de la particularidad, de la riqueza e importancia que la persona y sus decisiones representan para un conjunto que sin embargo las incluya.

Bien se podría hablar de V como la totalidad y de Evey como la particularidad; y la historia bien podría significar la felicidad de encontrar cada una en la otra.

Pero en este punto es en donde abandono un poco la historia, su análisis global, para concentrarme en el punto medular, si se quiere en la moraleja, palabrilla embustera de la que después he de hacerme cargo.

Como lo dije al tratar de resumir la trama, el gobierno juega un papel fundamental, pues es él el que a base de engaños ha forzado a la ciudadanía a rendir su voluntad, todo a cambio de la salvación, de la protección de terroristas en general y de una especie de limpia de los inconformes. No es necesario decirlo –y sin embargo es importante repetirlo hasta el hastío-, éstas son las bases de cualquier régimen fascista, y otra muy escondida su finalidad: la abolición de la voluntad a través de la uniformidad de criterios se muestra como la garantía para la salvación, divina o inmediata, pues quien ose salir del esquema, será condenado no sólo por el gobierno si no por la mano dura de la sociedad o divinidad amaestrada. Otro factor importante, indispensable para la trama de la película, es la información que se ofrece al ciudadano, el uso de los medios masivos de comunicación –otro tipo de divinidad- para conciliar la opinión.

La cosa es bien clara: se hará uso de todos los medios o líderes de opinión para hacer coincidir un punto de vista. Elemento básico para el desarrollo de una cultura, la repetición cumple su función de normalización y de deglución del acto personal, parcial de un sujeto que ha de tener dos opciones: dejarse deglutir o ser considerado un bocadillo despreciable aunque mínimo para esta bestia.

Ahora, no sé si sea la paranoia o simplemente la patidifusés de la que tanto me he quejado, pero resulta que ésta película me vino a ejemplificar, me vino a dar las palabras exactas –aunque sea para mí- de lo que en México sucede.

Claro, los argumentos en contra se dirigirán, moralizantes, a callar a cualquier voz disruptiva, cualquier ruido que venga a resquebrajar el asombroso concierto de silencio que organiza la orquesta de los medios y líderes de opinión: o es que acaso, al ver la película y ver a un personaje agresivo y retador en la televisión, soberbio y parcial, carente de análisis y retacado de palabras que han de insuflar el fanatismo y retorcer la crítica hasta volverla inservible, que han de desvirtuar la dialéctica; acaso este personaje, ¿no nos parece conocido, o de menos sus palabras evocan fantasmas del presente?

Ese personaje, de tanta voz, de tanta repetición, ha de recordarnos sobre todo a las televisoras: él representa todos los ideales de éstas felizmente consumados.

Ahora, pasemos al gobierno per se, a ese organismo vivo, parásito, que ha venido a postular una simbiosis: tú me aceptas y yo te salvo. El problema viene cuando nos percatamos que el concepto de salvación implica para él nuestra deglución.

La artimaña es conocida: llega a un lugar y augurar la llegada de un mal, cometer el mal, y después recibir poder y reconocimiento a cambio de dejar de hacerlo; lo demás es sencillo: si a la gente se le comienza a olvidar la deuda que debe, volverles a dar un sustito, para que no se dejen de olvidar de uno. La palabra clave para este proceso es la credibilidad, también mencionada en la película.

Para terminar como casi siempre, es decir, medio cortado y dejando algunas cosas al aire, quisiera volver con aquella palabrilla que significa enseñanza, pero que parece más bien la operación impecable del ser que ha de caer en el rol que la misma narración le asigna, ese lugar en donde ha de estancarse: pues la moraleja no tiene por motivo otra cosa que la de dejar como suspendido en el tiempo, aislado de otros elementos, un conocimiento que por lo mismo resulta fácil de explotar para fines diversos. La moraleja, al igual que su prima más recatada, la moral, ha de tratar de conservar su momento, ha de derramar sangre, luchar por el, pues no es más que el lugar por nosotros otorgado.

¿Quién será, la víctima o el vociferador el que prevalezca?

lunes, octubre 30, 2006

VIOLENCIA

Previo a la creación de este blog se discutió acerca de la violencia y sus distintas manifestaciones, que en un extremo resultaría siendo que todo es violencia.

“La violencia no es dicotómica”
----------- Kronos

Tanto en el odio como en el amor se presenta violencia, esta no necesariamente se manifiesta física o cinéticamente; la violencia se puede manifestar internamente, emocionalmente.
Si la violencia se encuentra hasta en la inanición debido a la agresión que esta puede representar, y todo es violencia, resultaría que la vida misma es violencia. Dentro de esta acepción entonces tendremos grados y tipos de violencia, resultando la peor, paradójicamente, la no manifestada físicamente.
Me explicaré más claramente; la violencia física es resultado de una violencia mayor, y esa violencia es emocional. No hay peor violencia que el olvido, la exclusión. Este fenómeno provoca un enojo que posteriormente se manifiesta en violencia física como desahogo de la frustración contenida.

Para muestra tenemos un país.



El pueblo de Oaxaca ha vivido durante años en el olvido y la exclusión, impedidos a desarrollarse de una manera igual: oportunidades nulas. La exclusión provocada por gobernantes hace que el enojo se contenga hasta que posteriormente estalle en un movimiento que evita en la medida de lo posible la violencia física (la cual es política y convencionalmente incorrecta).
El gobierno busca reprimir la manifestación de desahogo por la violencia que ellos generaron con más violencia lo cual obviamente generará más violencia (violencia, violencia, violencia, VIOLENCIA). Todo un círculo vicioso.

Llega entonces el discernimiento ¿hay acaso entonces violencia buena y violencia mala? Viéndolo así la violencia que busca reprimir debe ser combatida… y no necesariamente con violencia cinética, hay otros tipos de violencia para hacerlo. La violencia de la inanición, la violencia pacífica (válgame) es un cucharada de su propia medicina. Esta violencia que surge legítimamente como manifestación de un malestar, violencia que busca un verdadero bienestar, pues no es buena: es indispensable.

“¡Ay del pueblo que no sabe odiar, porque caerá en manos de la intolerancia, de la hipocresía, de la superstición y de la esclavitud!”

Todo México es Oaxaca.

Espero sus comentarios, sería bueno discutirlo más ampliamente.

lunes, octubre 23, 2006

De la falsa retórica y la distinción de la razón y lo razonable (sofismo fantasma)


La historia es siempre dependiente del proceso mental de asimilación perceptiva; se individualiza y se particulariza el mundo dependiendo del razonamiento y el contexto en que se lleva a cabo.
La percepción de cualquier suceso es influida por la comunicación y las partes involucradas, el medio, el momento, el lenguaje, la instrucción previa del perceptor y el razonamiento que éste lleve a cabo. Se debe tomar en cuenta el estado emocional del sujeto, influyendo esto en el pensamiento, pensamiento que vuelve “real” lo percibido. El pasar de lo percibido por el proceso del pensamiento, siendo aceptado por las estructuras mentales, es lo que llamamos razonamiento; el juicio que sufre el entorno al ser permitido o ser considerado “viable”, se convierte en algo razonable. Y lo razonable es relativo. La razón no es infalible para desgracia de la ilustración.
Para explicarme mejor un burdo ejemplo puede ayudar: la manipulación de las leyes; sabemos que los asuntos se pueden “considerar legales” a través de un uso amañado e interpretación particular de las leyes, convirtiendo en razonable el no castigo de un delito, un sofismo legal. Es similar al aplicarlo al razonamiento; al amañar el pensamiento, amoldando al perceptor a lo que se quiere transmitir, logrando una interpretación “razonable” (una aceptación para que el concepto entre al templo del pensamiento), se logra volver “verdad” para el individuo un concepto o suceso que no necesariamente lo es. No todo lo legal es justo. No todo lo razonable es verdadero. Todo está sujeto a interpretaciones. Es donde surge la amenaza del fantasma del sofismo.

Sufrimos una crisis histórica que polariza al mundo, ya no sólo por condiciones referentes a cuestiones materiales, sino manifestada en el pensamiento y en el razonar actual. Como Ortega y Gasset expone en su planteamiento de las crisis históricas de “En torno a Galileo”, el temor que generan éstas hace que, por una parte, se adopten nuevas doctrinas que ponen en jaque lo anteriormente aceptado, y por otro lado, genera en ciertos sectores sociales un aferramiento a lo tradicional y a lo que conocen, un temor por lo que no les es razonable, cuando paradójicamente, el aferrarse a lo conocido es lo verdaderamente irracional; la convencionalmente llamada “locura” es la solución.

“En sazón de crisis, predicar cosas razonables es gana de perder la
partida.”
-------------- José Ortega y Gasset


La mente humana ha resultado, por lo menos históricamente, altamente manipulable y muy fácil de asustar; el miedo es la mejor forma de manipular, y nada hay más tenebroso que un cambio. Es cuando el pensamiento, y los procesos cerebrales, adquieren atributos y posturas políticas manifestándose como conservadurismo y liberalismo racional. (Crápula patidifusamente paradójica se convierte lo escrito.)
Paradójico es esto pues, como brevemente expuse hace un par de párrafos, las cosas convencionalmente irracionales amenazan los privilegios del pensamiento conservador, pero (válgame) lo convencional se vuelve (metaparadojicamente) irracional. El pensamiento liberal (considerado irracional por el conservador) se vuelve lo correcto; el conservadurismo (derecha en el eje político) se vuelve sofismo para sobrevivir y el liberalismo (izquierda en el eje político) en razón.
En México lo vivimos de una manera muy particular, y ejemplos sobran:
Derecha: “la elección la hicimos todos”
Me pregunto entonces: ¿Acaso la colectividad purifica los actos?
En eso se basa ese sofismo, resultando razonable a primer juicio pero siendo una terrible aberración pues el que mucha gente vote no exime a quienes manejan la institución encargada del conteo y manejo de la elección de la realización de un fraude. Para sobrevivir y mantener la idea de que todo fue pulcro, el PAN mediante un sofismo respalda su posición.
Hay que pensar.
Izquierda: “la elección la hicimos todos, el fraude unos cuantos.”

miércoles, octubre 18, 2006

La Tendencia al Olvido


El títere prefiere aprovechar sus momentos en colgados suspiros
-P. Betteo-
Hablar del olvido resulta ser un tanto paradójico ya desde el título, ya desde que se habla de una tendencia.


"La Sombra del Discurso" se platea como objetivo analizar lo que se deja atrás y que sin embargo vendría a explicar al objeto que le da su forma actual. Pues qué es la sombra sino una reminiscencia del presente que, absteniéndose de articular lo obvio como lo que se percibe como consumado, da las pistas para comprenderlo, más allá de lo que es, en lo que lo llevó a presentarse como tal.


Y ahora sí, entrados en tema, ¿por qué no comenzar con la sombra de la situación política actual del país, ese fantasma que ha de quedar en el olvido pero de las causas que le dan forma al presente?


¿Es que ahora, después de la moda electoral, todo el ímpetu político ha de ser aniquilado?


Eso me queda claro, pues es la hora del olvido que prepara el terreno, nuevamente, a la indiferencia... Resulta un poco molesto -tengo que confesarlo- el hecho de tener que recordarlo, pues la historia no ha de tener otra función que esa, incluso la historia de cada ciudadano de este país. Y es que al parecer hemos pasado de la lucha por los ideales a un estado de estancamiento de los mismos, lugar en donde habrán de pudrirse hasta que alguien más vuelva a ver en ellos la fuerza para el desarrollo y no un material estancado que beneficie lo que aquí se pretende criticar: conformismo.
En fin, me sumo a la publicación de mi compañero, a su ira y a su patidifusés, criticando la actividad política "cool", "in", que parece no buscar más que mostrar la máscara de hombre/mujer de mundo, que tan bien tiende a ligarse con cuestiones como programas de TV y antros de moda. Y no porque estos hechos puedan ser considerados triviales o nimios –pues lo son-, sino por la tendencia a insertar los hechos políticos –de forma increíble y por medio de una operación lógica excéntrica- dentro de este rubro de fenómenos.
No podría concebirse un mejor escenario, no podría concebirse un ciudadano mejor... Remito para aclarar este punto a otra publicación, "Tendencia Invisible: La Crítica del american-way-of-life".
Para terminar, pido a los lectores revisen con cuidado la imagen que encabeza a ésta publicación. Y si no han de sentirse aludidos, me temo, el olvido ha hecho de las suyas, otra vez.

lunes, octubre 16, 2006

Pornografía institucional

Ya que estamos hablando de pornografía sigamos. A riesgo de que La Sombra del Discurso se vuelva un sitio porno, hablemos sucio.
SÓLO APTO PARA ENFERMOS SEXUALES.


Los tiempos que vive el país insisten cual pinchajeta el continuar con estos temas políticos y ya entrados en el tema proseguiré entonces con obscenidades.

Obscenidad #1: Petición de unidad, Mediofilia
Una de las más enfermas filias que se presentan en los medios (excitación mediática que rebasa por mucho al cibersexo); el desgobierno federal, a través de sus muy conocidos y estimulantes spots pornográficos, nos piden mañana, tarde y noche que México debe estar unido y superar juntos los problemas del país.
El lector a estas alturas debe estar sintiendo una incipiente excitación, pero desgraciadamente atacaré la fuente de placer. México debe estar unido y superar juntos los problemas del país… ¿No se supone que ellos dividieron al país con sus spots (¡ooooh sí!!) del peligro para México?, ¿Acaso no llevaron a cabo una campaña electoral de las más agresivas y violentas vistas en la historia de la humanidad? – No le hace, superemos juntos los problemas del país--. Problemas lo que crearon, solamente eso faltaba, el PRIAN hace un despedorre de problemas y ahora quiere que juntos recojamos su reguero.

Obscenidad #2: Pedofilia
El morbo del lector debe estar disparándose por el título de éste apartado. Pues bien, el Arzobispo Primate Norbruto Reburro Carrera (Chamuco dixit), encubridor de pederastas (¡más, más!, ¡Oh siiiiii!), a su vez encubierto por el Cardenal Carlos María Abascal Carranza (encubridor de encubridores) vía el Instituto Nacional de Migración, que en un milagro de las leyes e instituciones le prohibió el ingreso al país a los abogados que llevaban el caso contra Carrera. Protección descarada.

Obscenidad #3: Sadismo
Ulises Ruiz, Manuel Espino, Héctor Larios y demás miembros del yunque (ya sé que Ulises no es del Yunque pero sería buen miembro), exigen la violencia para desalojar a los rebeldes injustificados de Oaxaca por alterar el sacrosanto orden institucional. Aquí entra la paradójica doble moral que pide violencia pero que dice defender la paz. Pornografico.

Obscenidad #4: Fraudefilia
Ya le gustó al PRIAN hacer fraudes descaradamente, el caso más reciente lo vimos en Tabasco, donde por otro milagro de las leyes e instituciones, aquella entidad que el 2 de julio fue ganada por el PRD presenta un fenómeno peculiar en el que Granier supera a Ojeda por más de 10 puntos (¡no volveremos a cometer el error del 2 de julio donde dimos un estrecho margen de fraude!), y contrastantemente, en la elección de diputados el PRD le ganó al PRI.
El placer sexual provocado por el fraude parece ser provocado por la filia más excitante y enferma que se presenta actualmente.

Y podría seguir sin parar en esta lista de obscenidades, pero no quiero volver este sitio un “pornsite” de PRIANistas, pero eso si, ¡Defendamos nuestras instituciones, instituciones que defienden el enfrentamiento, la pedofilia, la violencia y el engaño!

martes, octubre 10, 2006

La Hora Porno o Más Pelos y Menos Mano



Bueno, pues al haber encontrado tiempo para publicar algo, he aquí un tema por varios conocido y que ha de contrastar con el anterior publicado... ¡Disfruten!


"Vide cortuum = Mira tu corazón"
Dante Alighieri

La pornografía es hoy un fenómeno que podría reclamar para sí todos los derechos de una expresión cultural, incluso de un patrimonio de la humanidad: ¿quién será el primero que se atreva a decir que nunca ha visto o incluso sentido curiosidad por ojear algunas páginas de pornografía? ¿O acaso a afirmar de alguna u otra forma que no le atraen esos suculentos cuerpos femeninos, retocados por el maquillaje tanto físico como digital además de toda la sarta de cabrones por los que tuvieron que pasar para terminar haciendo lo mismo, pero frente a la cámara?

Es evidente que la cultura de la pornografía ha llegado para quedarse, más que para quedarse, para satisfacer a un mercado.

Los muy heavy’s habrán de gustar del sadomasoquismo entre otras prácticas en donde el cuero y el metal sean los complementos que el cuerpo ha de lucir para provocar sensaciones, en donde la humillación y el dolor han de conformar un mood excitante, en donde cada expresión de dolor ha de ser valorada como un Picasso en su deformación.

Por otra parte, existirán los tímidos, incluso los cursis que han de buscar la imagen de un cuerpo tímido, que apenas ha de asomarse tras la ropa. ¡Nuca querer ver más de dos senos que osen salir de la púdica tela que los resguarda –el término chichis o tetas pertenece a otras categorías-, y aun menos una vagina que tendrá que ser sólo insinuada por los vellos (¿bellos?) púbicos, nunca mostrada en su húmeda plenitud -si se me permite la expresión! Cuerpos limpios y adornados por ropa ligera pero no mucho, mostrando piel pero no tanta.

Después habría que mencionar a esos seres cuyo placer reside en la forma de un pie, en la distinción de un tacón o incluso en la trasgresión de la milenaria distinción entre el hombre y los animales. Oh oscuros seductores que se alejan del estándar, que prefieren un goce propio, tan propio que parecería parcial. Para éstos personajes el placer tiene una imagen definida, casi abstraída: para ellos el placer tendrá sólo la imagen que ellos le otorguen, señores del placer.

Si bien mi clasificación es obscena, es bien claro que todos han de participar en mayor o menor grado de algunas de ellas. Ya sea una mujercita cuyo semblante se muestre tímido y juvenil pero cuyo cuerpo frágil pero generoso se muestre ataviado de un precioso traje de piel; ya sea la mujer cuya faz no ha de hacernos dudar acerca del posible kilometraje recorrido, pero que vistiendo un lindo traje de porrista nos hace a la vez olvidar –pues al parecer en eso se basa la experiencia del placer; o incluso si la sola presencia de un rasgo o vestimenta nos invita a participar de más en dicha imagen, hemos caído presas de nuestra fantasía y por este medio entrado al mundo del morbo, ese freno y a la vez incitador del placer.

Pero entonces, ¿qué pasa con la pornografía? Podría acaso reformularse una máxima conocida, por ésta: “Dime qué porno ves y te diré quién eres”. Estoy casi seguro de que la pornografía que se llegue a encontrar en la computadora de un cuate, por ejemplo, ha de encajar de forma perfecta con su manera de ser... Pero estamos llegando a otros territorios.

La pornografía, como lo mencioné en un principio, parece haber evolucionado para llegar a ser uno de los grandes mercados en el mundo. ¿Pero qué es lo que vende, además de chichis y puchas –si se me permite la expresión? ¿A caso, y como lo dije en el párrafo anterior, “dime que porno ves y te diré quién eres”, no es un forma de ser a través de la pornografía, como también lo es la música, la ropa, los libros, los programas de televisión, la preferencia política?

Incluso, ¿en qué momento pasó la pornografía de ser un tema tabú a un tema de preferencias y de gustos?

La pornografía, al pasar de la sombra a la luz del mercado e incluso a la versatilidad para satisfacer demandas ha dejado de ser un tema prohibido para pasar a ser –si no ahora, sí con el tiempo- un tema que habrá de servir para romper el hielo, para ligar: “-Hola, ¿cómo te llamas? –Yo, Chuchita. ¿Y tú? –Yo Chuchito... Oye ¿y te gusta el vintage o el soft? –Pues la verdad me gusta más el hard combinado con un poco de vampirismo -¡Qué chido! Y yo que pensé que eras bien fresa...”

lunes, octubre 09, 2006

El discurso de la fe

Al igual que mi compañero, publico este ensayo que fue escrito hace unos meses, aprovechando las primorosas palabras con que algunos funcionarios llaman a la unión y a respetar a las instituciones y demás palabras engañosas que simplemente parecen decir lo que debemos de ver. En este caso, resulta curioso como se puede comparar el discurso de la fe, el discurso religioso, con una especie de recorrido que de ha de terminar en donde empezó: la palabra.

Sólo para situar el texto explicito que es el anexo a otro ensayo que versaba sobre el papel de la fantasía en la conformación de la realidad, basado en algunos capítulos del libro de J. Ortega y Gassete "En Torno a Galileo". Me permito agregar al respecto una frase utilizada para este ensayo: “Pues bien, ese programa de vida que cada cual es, es, claro está, obra de su imaginación. Si el hombre no tuviese el mecanismo psicológico del imaginar, el hombre no sería hombre".

Hoy como entonces los espíritus necesitan una verdad sencilla, una respuesta que los libre de sus interrogantes, un evangelio, una tumba.

-Emile Michel Cioran-

Tal vez la cuestión de la fe se vea reducida al uso de un nivel estricto del lenguaje, al manejo de un discurso incapaz de ser hablado desde otros niveles y cuya intelección parece depender de la epifanía, del inteligir divino.

En realidad, este discurso parece extenderse en dos ámbitos, que son la justificación a través de la doctrina y la justificación divina o mística de los argumentos. Es fácil hablar desde la doctrina si no existe quién cuestione, quién demande una justificación, como por ejemplo la misa, la lectura de los textos “divinos” o momento de oración solitaria... e incluso conversaciones entre pares: ese silencio cómodo en donde sólo se llega a escuchar lo que uno ya sabe - perpetuación de la ignorancia, momento de conocimiento estático y por lo mismo dudoso-, silencio no por la falta de voz ni de pensamientos, sino por la constante repetición de lo conocido, situación que caracteriza a todo evento de invocación.

Por otra parte, es curioso cómo es que toda invocación hace referencia a la palabra, a las palabras, ese espacio hueco en donde pretendemos encontrar como oráculos ignorantes de nuestro saber el sentido que necesitemos. Cuestión que abordaré después.

Volviendo a los niveles de argumentación que se instauran desde la fe, resulta que, por ejemplo, la doctrina no se cuestiona durante los actos de fe, ya sean misas, sermones o peroratas de los creyentes. Pero en el momento en que es cuestionada y los argumentos doctrinales se ven imposibilitados de otorgar una respuesta o librarse de cierto argumento que les corroe desde su médula, recurren a la salvación, esa que los ha salvado –o eso han querido creer- durante milenios, argumentando que son instancias ininteligibles, misterios, de las que sólo la divinidad guarda la respuesta. Gran escape, gran desconocimiento, gran necesidad de ser salvados por instancias supraterrenales: ¡Que TEO me guíe en la incertidumbre por medio de esa otra incertidumbre que es él y que sacie la mía, destinada a permanecer!

Es decir, es imposible penetrar tanto la palabra doctrinal como la palabra divina, sobretodo ésta que por cierto parece caracterizarse por una palabra no dicha o más bien no revelada, que parece aguardar su epifanía, epifanía recibida –creada- por algún adepto lo bastante astuto para darle realidad, la realidad de las palabras... divinas. Parece ser que ésta es la razón que mantiene la fe como una instancia intocable: toda palabra hace referencia a sí misma, incapaz de argumentar otro sentido que eso que dice de diferentes maneras: todo argumento es susceptible de ser relacionado con el mismo discurso. Y cuando este discurso es obligado a efectuar una reflexión –no disertación que involucre lo mismo- acerca de sí mismo, que le obligue a llegar a un punto en el que se denuncie como falto de verdad o incluso como dudoso, llega la palabra, el discurso impuesto sobre el que fundan tanto su supuesta razón –creencia- así como la imposibilidad de razonar acerca de ésta, con esa misma creencia que les mantiene: palabra del señor.

El discurso de fe es entonces intrasgredible, pues se encuentra amparado por esa palabra no dicha que por lo mismo la hace ininteligible, cuestión divina. La creencia, ese acto de ciego fervor o de etérea seguridad, tal vez debería de ser tomado, por ejemplo, como pertinente al hecho de la fantasía que, como la verdad, es un hecho de la palabra.

La palabra, como ya he mencionado en otros ensayos, es según Lacan una instancia de desconocimiento o si se prefiere de conocimiento parcial: la palabra nos aleja de la realidad, la segmenta, para entonces poder manejarla. Otra situación que manifiesta Lacan es que la palabra es la condición de la verdad, es la dimensión en donde ésta se desenvuelve, ya que es por medio de ésta como podemos dar certeza de la existencia de la realidad. Desde otro punto de vista, Wittgenstein proclama que la realidad, confundida con la verdad que sin embargo se busca en aquella, se encuentra delimitada por el lenguaje, por las palabras. Ahora, situando a la palabra o discurso de fe como una dimensión de la verdad, se puede ver que lleva hasta el límite éstas dos visiones de la realidad para consolidarse como lo que pretende: es que si bien deja claro que las palabras bajo las que se rige son parte del deber –como tributo- y del ser –como consecuencia- humano, menos que humano, criatura del señor, también deja claro que su origen se encuentra más allá del límite de nuestros conceptos humanos para provenir de un “tesoro del saber”, un saber que se manifiesta –tal es la cualidad del señor para otorgarnos la certeza de su existencia- en un silencio que por no ser más que palabra muda para todos los no creyentes, pretende extenderse como el dominio en que la verdad, la suya, se realiza. También esto en las plegarias, ¿o no es cierto que la comunicación con TEO implica de forma indirecta su existencia? Pero haciendo una pausa, se puede ver que la oración en tanto palabra es la que determina la existencia, la verdad, la certeza de que se nos escucha. Toda palabra tiene como propósito único el ser escuchada, e incluso el tener que serlo. Un discurso lleno de desesperación, de incertidumbre, que parece no ser atendido por los mortales merece tener al menos un escucha, debería de tenerlo para así dar existencia a ese que lo profiere. La necesidad de ser escuchado implica también la condición de la propia existencia: si no hablas dios no te escucha.

Ese destinatario del mensaje, de la plegaria resulta convertirse por el manejo de una dialéctica muy extraña en la condición de la existencia: a él le confiaré todos mis secretos , “buenos y malos”; a él le pediré lo que no me han concedido: ¿o es que en oración no se pide por algo que falte, o incluso se da gracias por algo de lo que se fue despojado? Todo tipo de argumentación acerca de éstos dos supuestos tipos puede ser tergiversada, y sin embargo persiste la certeza del escucha, que por sólo el mismo hecho de escuchar y dadas sus omnipotentes condiciones podría llegar a cumplir esa expectativa de respuesta que de forma tan corriente se espera de aquél a quien se le pide, por ejemplo, papel de baño. La diferencia es que de aquél omnipotente –y he aquí otra trampa- se espera cualquier tipo de respuesta, pues es él el que puede y el que sabe: la verdad total, certeza total, esa de la que carezco, me será revelada de cualquier forma, pues si es verdad desde antes de cuestionar, cualquier tipo de respuesta resulta ser la verdad que habrá que ser tomada como tal: imposibilidad de tomarla de otro modo, a eso es a lo que arrastra este silogismo.


Pensar es dejar de venerar, es rebelarse contra el misterio y proclamar su quiebra.
-Emile Michel Cioran-


Para concluir de forma inconclusa –a eso obligan las palabras-, entonces, si bien la fantasía resulta ser una parte fundamental de y para la existencia humana que es condición de palabra y por lo tanto se encuentra dentro de la dimensión de la verdad, también es necesario evaluarla, si bien no sólo en relación con la realidad, sí en relación con la realidad que fabrica y que pone en juego. En fin, la fantasía parece generar ese tipo de certidumbre que llena el vacío que nosotros pretendemos llenar.

miércoles, octubre 04, 2006

En el nombre de Dios


Posteo parte de un ensayo que escribí el 10 de mayo, ensayo 17: "peligro":
En otras ocasiones he hablado de la religión, sus instituciones, intenciones y sinrazones, y he hecho fuertes críticas. En esta ocasión le traigo a la venta, damita, caballero, este ensayo que hablará de la mezcla de religión y gobierno. El gobierno de la sinrazón, el gobierno impúdico que se abandera en el pudor. Es, con un totalitarismo de ideología mística, representado por el cristianismo (en este caso), con todas sus vertientes en el “mundo occidental” (término que me parece tanto un barbarismo como un anacronismo), cuando realmente hay peligro. Empecemos por el ejemplo más representativo, general, básico y barato: la Edad Media.

En la Roma antigua, a partir de mediados del siglo III y comienzos del IV, entre grandes conflictos y guerras civiles, el cristianismo comienza a cobrar gran fuerza y Gaius Flavius Valerius Aurelius Constantinus, mejor conocido como Constantino I, antiguo emperador de Roma, ahora santo, instaura dicho credo pues se dio cuenta del poder que podría darle esta incipiente religión si la convertía en su aliada, sumado a la necesidad de tener una fuerte base para su gobierno. Este es, el principal antecedente del surgimiento de la edad media u oscurantismo, periodo de estancamiento cultural, persecución al pensamiento, perdiéndose avances enormes en ciencia y tecnología; etapa involutiva del desarrollo de la civilización humana caracterizado por el gobierno del cristianismo, cristianismo que fomentaba la ignorancia en el pueblo y la mistificación del entorno, pudiendo así ejercer el poder eclesiástico.
Reyes y gobernantes por designio divino (Dios les mandó una carta donde les notificó que eran los elegidos para guiar al pueblo, a Bush, por el contrario, le habla por teléfono); cualquiera que no pensara como ellos era considerado un peligro. Mil años de ignorancia y estupidez justificada por “Dios” y en su nombre infundían el miedo; el poder legitimado a través del miedo y la violencia, quienes no pensaban como ellos, eran considerados un peligro y la santa inquisición era la encargada del castigo. Y así el cristianismo se perduró en un poder totalitario e intolerante durante diez siglos. La ignorancia del pueblo era indispensable para el ejercicio de dicho poder, sólo así podría haber alguien que creyera las sandeces sobre las cuales se justificaban y legitimaban dichos gobernantes en el poder. Era un poder ejercido desde el fundamentalismo.
Vamos bien entonces. Prosigo con el Yunque:
Por cierto, en el Yunque cada miembro tiene un seudónimo, así como en las películas de ficción (Star Wars: Anakin Skywalker al unirse a los Sith se llamó Darth Vader).
De entre sus miembros más prominentes, e infiltrados en el ámbito político, según datos de Álvaro Delgado quien es reportero de Proceso y autor del libro El Yunque entre otras cosas, destacan:
- Carlos María Abascal, Secretario de Gobernación.
- Francisco Salazar, Secretario del Trabajo. Seudónimo: Capablanca.
- Ramón Muñoz Gutiérrez, jefe de la Oficina de Innovación Gubernamental de la Presidencia de la República e influyente consejero de Vicente Fox. Seudónimo: Julio Vertiz.
- Manuel Espino, Presidente del Partido Acción Nacional.
- Juan Carlos Romero Hicks, Gobernador del Estado de Guanajuato. Seudónimo: Agustín de Iturbide.

Sólo por mencionar algunos.

Haciendo a un lado el laicismo que debe imperar en un gobierno de razón, el Yunque es entonces el verdadero peligro.

domingo, octubre 01, 2006

Presidencia Marca ACME

Semanas ocupadas, no hemos podido actualizar el blog, pero ya esta semana se normalizará el asunto. Dejo una caricatura genial.